viernes, 17 de agosto de 2012

ARTICULO FINAL: EXPERIENCIA EN EL CONSULTORIO JURIDICO



Análisis del lenguaje y del espacio jurídico destinado a la ayuda de los más necesitados.


<<Ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a otros sin su consentimiento>>
Abraham Lincoln.

Daniel Martínez Castañeda
Universidad de Antioquia
Facultad de Derecho y Ciencias Políticas.
Danielfm.c222@hotmail.com


Resumen:
En este articulo investigativo llevado a cabo en la ciudad de Medellín se toma como base la experiencia vivida en el consultorio jurídico de la Universidad de Antioquia, en el cual se analizaron diversos casos de personas que acuden diariamente allí para solicitar asesorías que permitan resolver conflictos de diversos tipos. Se analizo rigurosamente los signos, el lenguaje y las palabras que utilizaba cada parte, las vestimentas, las posiciones, las intensiones y demás características que denotaban un significado puntual en la comunicación.
Texto 1:
La experiencia de entrar al consultorio jurídico de la Universidad de Antioquia (Medellín Colombia) se hace muy enriquecedora para comprender los fenómenos sociales y los grandes contrastes que se registran en un país como Colombia. Es este, un país lleno de particularidades que nunca dejan de sorprender, ni siquiera a los asesores que allí ofrecen su ayuda a estas personas de escasos recursos para la solución de diversos problemas que se presentan en los estratos 1, 2 y en muy escasas situaciones de estrato 3.
En este espacio ya antes mencionado se analizaron diversos individuos que llegaban con cita previa a pedir su respectiva asesoría, enunciando en cada caso, una situación particular que revela la problemática social en la cual están sumidas las clases bajas de nuestro país, y que se hace latente en casi el 100% del territorio nacional. Muy cumplidamente se presentaban uno a uno los individuos, los cuales eran llamados por el asesor; tomaban asiento y comenzaba la primera parte de la asesoría con un ritual poco estructurado y que como se pudo evidenciar con la confrontación entre los compañeros que a esa misma hora realizaban el mismo ejercicio, era en cada caso un ritual diferente en cada uno de los cubículos.
La primera etapa consistía en la revisión de los requisitos que debía cumplir cada uno de los individuos que llegaban a la cita con el asesor, se confrontaban los datos respectivos y en el momento que el asesor terminaba de confrontar y llenar la base de datos se comenzaba con la segunda etapa la cual consistía en la presentación de las partes; posteriormente, el asesor le pedía al asesorado que por favor le informara el porqué de  su visita al consultorio, seguidamente de escuchar las razones por las cuales se encontraba allí el receptor, el asesor le pedía que le narrara los hechos y a partir de allí el asesor, con base en sus conocimientos académicos, éticos y morales elaboraba un discurso basado en un lenguaje de fácil entendimiento para permitir así la comprensión del receptor y lograr la aclaración del mayor numero de dudas y en algunos casos, la solución del problema en su totalidad.
El caso más importante, el en el cual se realizó la observación exhaustiva de las características principales de las partes, fue un caso en el cual un hombre de aproximadamente 32 años, moreno, un poco mal vestido para la ocasión con una pantaloneta y una camiseta blanca, pedía ayuda al asesor para llevar a cabo un divorcio a causa de la infidelidad de su mujer. Este hombre y su mujer eran padres de 2 niñas, las cuales se encontraban viviendo con él: este, en situación de desempleado de igual forma pedía asesoría para reclamar una ayuda económica por parte de su mujer, la cual se fue del hogar y desde ese entonces nunca había vuelto a colaborar con el sustento de sus hijas. El asesor le dio un consejo de vital importancia; le dijo que debía hablar en términos adecuado con su esposa con el fin de que ella le firmara voluntariamente el divorcio, porque de no ser así, en el caso particular de que ella no quisiera voluntariamente firmar el divorcio, la Universidad no podría brindarle la ayuda correspondiente a su caso particular. De igual forma se expresó el asesor en cuanto al problema de la cuota alimentaria para el sustento de sus hijas, el asesor le recomendó a este hombre que hablara con su esposa y le exigiera el pago de esta cuota, y que de no ser asi, el paso a seguir seria una demanda por alimentos, la cual se tramitaría posteriormente al paso anterior que como se enunció sería hablar pacíficamente con dicha mujer.
El hombre callaba en varias ocasiones, detalles puntuales quizá por pena de su situación. Nunca se quitó su gorra, y sus manos en la mayor parte de la asesoría, se posaban en sus piernas, en el momento de rebelar algunos datos importantes, su voz se tornaba un poco suave y temerosa, demostrando así un poco de inseguridad y timidez. En cuanto al asesor, este se presentaba muy seguro de sí mismo; su discurso se presentaba de manera solida y fluida, generando confianza en el receptor, vestía un poco informal, pero realmente era una vestimenta apta para prestar el servicio.  El lenguaje corporal daba cuenta de su seguridad y tranquilidad a la hora de prestar el servicio, actitud que desencadenó al final de la sesión un poco de soltura por parte del receptor.

Conclusión:
Esta experiencia en el consultorio jurídico de la Universidad De Antioquia se hace enriquecedora para la evaluación e información acerca de las problemáticas sociales que se presentan en nuestra sociedad. Es muy evidente que en estos estratos bajos el discurso da cuenta de la formación académica de estos individuos, incluso en su vestimenta y en sus formas de expresión.

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